Era un 9 de diciembre del año 2006. Estaba sentada en la habitación de mi hermano menor mirando su colección de Caballeros del Zodiaco. Era el día de mi cumpleaños número 30 y yo estaba ahí sentada sin moverme mirando los muñecos de mi hermano con los que alguna vez, alguna vez, había jugado. Al lado, unos DVD´s de las 3 primeras temporadas de los Thundercats me hicieron recordar cuando emocionada, saltaba desde un sofá gritando: "¡Thundercats, Oooo..!", después de ver más allá de lo evidente a través del ojo de thundera de la espada del augurio (era así ¿verdad?). Pienso a veces que en la época de los Thundercats yo ya no era tan niña como para andar jugando a gato-que-ve-más-allá-de-lo-evidente pero recuerdo que a mi hermano menor (no tan menor) le gustaba verme saltar y gritar como Leonó. Ni la espada del augurio, ni Leonó, Cheetara, Panthro, Tigro o los felinos cósmicos, podrían haber augurado que esa púber que soñaba con tener las piernas y la cintura de Cheetara estaría ahora en su cumpleaños número 30 recordándolos.
Me miré al espejo. Estoy mejor que hace diez años y lo sé. Me gusto más. Estoy más delgada y mi pelo dejó de ser esa mota chowchowesca para convertirse en una mota normal. Me miré el cuerpo. Todo está aun en su lugar. Aparte de unas pequeñas arruguillas en los ojos, pienso que de tanto reír, todo está igual o mejor. Un día una profesora de historia en la Universidad nos dijo que si no teníamos nuestro "rollo resuelto a los 30 estábamos perdidos". ¿Perdón?, me pregunté. Creo que no entendí bien... ¿Quiere decir que me quedan 8 años para dejar de ser una piñata y convertirme en mariposa? Había empezado la competencia con el tiempo.
Fue en esa época que el sufrimiento estaba dejando de ser placentero. Yo, era una ferviente defensora del "sufrir por huevadas". A los 16 le había dicho a un profesor de inglés que lo que más quería en la vida era "suffering". El hombre me miró largamente."¿Suffering?" preguntó. "Yes", le dije en inglés, creo que es la mejor forma de "growing up". "Interesting", fue su respuesta. Debería haber llamado a la psicóloga del colegio. La verdad, me hubiera gustado hablar. Tal vez así hubiera ahorrado cantidades de energía en teatralizaciones infames del sufrimiento y en ocuparme demasiado en fingir ante los demás mis propias maneras de indignación, molestia y depresión. (Una frase como esta última escribe Salinger en Franny & Zooey).
Siempre diré que no quiero volver a los 20´s. Ahora, veo todo con más claridad. Y hay cosas que realmente me importan y otras que no. Antes, me importaba todo. Me habría gustado tener una espada del augurio a los 20 y ver que a los 30 iba a llegar bien. Sana y salva. Incluso, pódríamos decir, contenta. Me habría ahorrado profundas angustias pensando en que el tiempo para resolver(me) se acababa. Pero no. A la vez se que haber llegado sana y salva a los 30 es sólo producto de mi adolescente teoría sobre el "suffering que hace growing up". Se que no sería quien soy si no hubiera defendido mi derecho a sufrir por huevadas. Qué importa. Talvez bailé un poco menos que otros veinteañeros, tal vez fui menos a la playa y bebí más alcohol. Pero aun me quedan muchos años para bailar, ir a la playa y dejar de chupar. En fin, miré a Leonó y me pregunté si es que había resuelto "mi rollo" a los 30 tal y como dijo mi profesora. ¿Rollo resuelto? Se lo que me gusta ahora, se lo que importa ahora, se quien soy ahora mismo. Empiezo a resolver algunos temas. Empiezo a sentirme adulta. Recién. Ahora. Empieza a gustarme el mundo adulto. Recién. Y supongo que vendrán otros rollos y por momentos la vida se complicara y luego se volverá a relajar. Es normal. Ya no me asusta (tanto). Tampoco me gustaría ahora que el ojo thundera me mostrara mi vida dentro de 10 años. Ahora, lo más paja de todo, me parece el asumir que somo seres impredecibles. Incluso para nosotros mismos. Sobre todo, para nosotros mismos. Por otro lado, la espada del augurio sólo funciona en el tercer planeta. Me encanta.
Me miré al espejo. Estoy mejor que hace diez años y lo sé. Me gusto más. Estoy más delgada y mi pelo dejó de ser esa mota chowchowesca para convertirse en una mota normal. Me miré el cuerpo. Todo está aun en su lugar. Aparte de unas pequeñas arruguillas en los ojos, pienso que de tanto reír, todo está igual o mejor. Un día una profesora de historia en la Universidad nos dijo que si no teníamos nuestro "rollo resuelto a los 30 estábamos perdidos". ¿Perdón?, me pregunté. Creo que no entendí bien... ¿Quiere decir que me quedan 8 años para dejar de ser una piñata y convertirme en mariposa? Había empezado la competencia con el tiempo.
Fue en esa época que el sufrimiento estaba dejando de ser placentero. Yo, era una ferviente defensora del "sufrir por huevadas". A los 16 le había dicho a un profesor de inglés que lo que más quería en la vida era "suffering". El hombre me miró largamente."¿Suffering?" preguntó. "Yes", le dije en inglés, creo que es la mejor forma de "growing up". "Interesting", fue su respuesta. Debería haber llamado a la psicóloga del colegio. La verdad, me hubiera gustado hablar. Tal vez así hubiera ahorrado cantidades de energía en teatralizaciones infames del sufrimiento y en ocuparme demasiado en fingir ante los demás mis propias maneras de indignación, molestia y depresión. (Una frase como esta última escribe Salinger en Franny & Zooey).
Siempre diré que no quiero volver a los 20´s. Ahora, veo todo con más claridad. Y hay cosas que realmente me importan y otras que no. Antes, me importaba todo. Me habría gustado tener una espada del augurio a los 20 y ver que a los 30 iba a llegar bien. Sana y salva. Incluso, pódríamos decir, contenta. Me habría ahorrado profundas angustias pensando en que el tiempo para resolver(me) se acababa. Pero no. A la vez se que haber llegado sana y salva a los 30 es sólo producto de mi adolescente teoría sobre el "suffering que hace growing up". Se que no sería quien soy si no hubiera defendido mi derecho a sufrir por huevadas. Qué importa. Talvez bailé un poco menos que otros veinteañeros, tal vez fui menos a la playa y bebí más alcohol. Pero aun me quedan muchos años para bailar, ir a la playa y dejar de chupar. En fin, miré a Leonó y me pregunté si es que había resuelto "mi rollo" a los 30 tal y como dijo mi profesora. ¿Rollo resuelto? Se lo que me gusta ahora, se lo que importa ahora, se quien soy ahora mismo. Empiezo a resolver algunos temas. Empiezo a sentirme adulta. Recién. Ahora. Empieza a gustarme el mundo adulto. Recién. Y supongo que vendrán otros rollos y por momentos la vida se complicara y luego se volverá a relajar. Es normal. Ya no me asusta (tanto). Tampoco me gustaría ahora que el ojo thundera me mostrara mi vida dentro de 10 años. Ahora, lo más paja de todo, me parece el asumir que somo seres impredecibles. Incluso para nosotros mismos. Sobre todo, para nosotros mismos. Por otro lado, la espada del augurio sólo funciona en el tercer planeta. Me encanta.
2 comentarios:
la búsqueda de vivir el instante, liberado de los sesgos que el pasado y las expectativas que nos hacemos del futuro nos imponen, es un ideal mucho más esquivo de lo que uno cree. la visión oriental dice que para lograrlo, uno tiene que conseguir asumir desde el subconsciente la propia mortalidad. si uno se reconoce como mortal, sacar el máximo provecho del instante tiene todo el sentido del mundo porque podría ser el último, y si ese reconocimiento surge desde el instinto, la sucesión de instantes intensos, como en el teatro, es en principio posible. aparentemente, solo lo logran los recapos del yoga y la meditación. lo complejo es que uno no es uno, sino varios. una parte muy importante de nosotros mismos no reconoce el tiempo (no sabe si está atado hacia atrás o hacia adelante), cree que las cosas ocurren mágicamente (atribuye causas y efectos sin rigor), domina nuestros estados de ánimo y emociones, y se rige por aquello que nos impactó en nuestros afectos más básicos en distintas etapas de nuestra vida. la espontaneidad puede ser, más allá de un rave o la liberación que produce el jugar a ser otro en el teatro, un espacio donde el subconsciente juegue como quiera, no siempre a nuestro favor. a veces, sólo queda imponer la razón para asegurarse que uno va en la dirección correcta, aunque tenga bien ganada su fama de aburrida
y nos pueda esclavizar con sus propias huevadas, que no son pocas. such is life, tropics or not. cuando el el augurio refleja lo que tememos o necesitamos creer que somos, es una buena mierda; pero ojo que debajo de la espontaneidad se pueden esconder las mismas ataduras, pendeja o cojudamente solapeadas por nuestro subconsciente. los thundercats han sido superados por los transformers.
emmm buen punto ,a los 20 uno no sabe como llegara a los 30 y a los 20 tambien todo parece ser mas grande y complicado q a los 16,yo acabo de cumplir 22 hace poco y me sentì tan pero tan nervioso q leyendo tu escrito me senti como un tonto;espero llegar a los 30 con la misma vitalidad con la que tu te sientes ,que al verme al espejo me guste mas lo que vea y q haya resulto mis "rollos",un placer leerte y aun mas placer verte actuar =).
cuidate
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