Somatizar
Transformar problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria. U. t. c. intr. Tiene tendencia a somatizar. U. t. c. prnl. Los trastornos psíquicos tienden a somatizarse.
La primera vez que me di cuenta de que somatizaba fue en Diciembre del año pasado. Había estado profundamente enamorada de un chico. Cuando terminamos la relación, él no estaba a mi lado, había regresado a su país y me decía por teléfono de una manera amorosísima que no iba a volver. Yo estaba preparada para ese dato desde hacía algunas semanas así que contrariamente a lo que mi entorno creía, me lo tomé tranquilamente. Recuerdo mi voz grave en el teléfono, su voz, sus lágrimas, mi ausencia de lagrimas, la sensación de madurez, el amor incondicional. "Si es lo mejor para tí, tienes que hacerlo", le dije. Hablamos durante unos 45 minutos. Fue una conversación del tipo: "En fin, que te vaya bien. Ya nos veremos. Cuando todo sane. Te entiendo perfectamente. No te preocupes. Estás haciéndolo bien. Tranquilo. Te amo." No puedo negar que yo misma estaba sorprendida de mi reacción. Dos semanas antes, poniéndome en esa misma situación (sólo imaginándomela), me había puesto a llorar, se me había calentado la sangre y había terminado con náuseas. Dos semanas después, colgaba el teléfono después de decir "Te amo" y me quedaba con la mano encima de él, mirándolo. Me pregunté en ese momento: "¿Y el dolor?" Pensaba: "Esto es muy fácil... ¿Por qué no duele?" Sentía que algo faltaba. Que no estaba viviendo el momento realmente. ¿Dónde estaba el gran protagonista de esta historia? Recuerdo mi imagen ahí sentada, con la mano sobre el teléfono, la mirada sobre la mano, en pijama, era un domingo 31 de diciembre. Año nuevo. Ahora recuerdo que lo más agresivo que le dije fue algo así como: "Gracias por joderme el año que viene." Luego rectifiqué y pedí perdón. El no tenía la culpa. No había ningún sustento lógico en aquella ecuación que dice: "Me dejó mi novio - se me jodió el año."
Pero volvamos al momento. Yo sentada frente al teléfono en pijama, mi mano sobre el auricular, la mirada sobre la mano. El pensamiento: "Qué facil." Pensamiento que lejos de tranquilizarme o alegrarme, me inquietaba. El dolor, el de siempre, "ese", tiene que estar en algún lado. De pronto, en el instante, una ligera sensación de adormecimiento, como una ola atravesando mi cuerpo. Un instante de estado febril. Mi mano sobre el aurícular y mi mirada volteando hacia la ventana que está abierta. No hay ruidos en casa. Estoy sola. Es cierto, también eso. La vacuidad de la casa. El no hablaba mucho, pero ahora la casa estaba muda. Y yo ahí sintiendo un vahído por el cuerpo. Mi cabeza mirando a la ventana de la izquierda y pensando: "Qué silencio." Mi casa de piso de losetas frías. Y ahí tantas veces, miradas directas a los ojos. Me acerco a cerrar la ventana. El vahído me hizo sentir un poco de frío. Me acerco a la ventana y con esfuerzo la cierro. El silencio de mi casa es ahora tan espeso que lo siento alrededor de todo mi cuerpo como una vibración. Miro las rejas de la ventana. El cielo gris de la tarde. No hay sol. En mi tarde no hay sol aunque sea finales de diciembre. Me quedo ahí un rato. El tiempo se ha vuelto un instante. Es como si no pasara. Mi cuerpo está erguido, como suspendido. Mi espalda recta. Miro las rejas y detrás de ellas, el cielo gris de diciembre porque me da la gana. Porque en realidad no miraba el cielo, porque en realidad mi ventana da a un interior que es un muro color amarillo y sucio. Gris. Toqué el vidrio con las yemas de mis dedos. Me siento tan delicada en este momento. Mi cuerpo en este momento es el de una bailarina de ballet. Mis yemas son de cristal. Y mis ojos de vidrio. No he perdido la compostura. Pienso en lo fina que soy a veces. Doy la vuelta y camino lento y sin rumbo. No hay muchas posibilidades en esta casa que es pequeña, pero no tengo rumbo. Ahí pienso: "He perdido el deseo".
Todo a mi alrededor ha perdido su "justa medida". El tiempo, el silencio, el frío, todo tiene medidas ahora que no reconozco y yo misma me he convertido en una bailarina de ballet. Fina, erguida, con corona. El cutis blanquísimo, las sombras celestes. Voy a la habitación contigua y me siento frente al espejo. Me miro el pelo, el cutis, mi cuerpo delgado. Quisiera decir "Tu te lo pierdes", pero en ese momento lo único que puedo decir es: "Yo me lo pierdo".
El tiempo inexplicable. Me podría haber mirado eternamente al espejo. Mi cutis podría haber envejecido ante mis ojos. Podría haber sido testigo diario de la caída de mis senos. Decidí echarme. Todo es silencio. Oigo algún pájaro y creo que es la primera incursión del sonido después de mi propia voz diciendo "Te amo." La sensación de vahído está ahí. Yo, la bailarina de ballet, me echo en la cama y me tapo los pies. Tengo frío y pienso que cumplí 30 años hace nada y que mis planes para la próxima década acaban de cambiar. Pero respiro. Estaba ahí, echada, con mis pies en punta bajo la cubrecama, respirando y mirando el techo con mis pestañas largas. En ese momento me habría gustado tener 15 años y llamar por teléfono a mi amiga Daniela llorando y decirle que él me había dejado, que la necesitaba. Me habría gustado ir despechada a una bodega, comprar una botella de ron y llamar a mi amiga Gitzi para que trajera su I-Ching y que me leyera el Tarot para ver si ese imbécil iba a volver conmigo. Pero ahora todo parece ser más callado. Más tenue. Es un universo desconocido para mí. "¿Dónde está el dolor?", vuelvo a preguntarme. "¿A qué hora viene todo aquello?" Entro en el silencio de no saber qué decir. Me empiezo a adormecer. Cierro los ojos un segundo. Mi cuerpo se adormece como si el universo en forma de ola hubiera arrastrado fuera de mí toda la energía restante. Creo que estoy a punto de dormir. No se cuanto tiempo ha pasado desde mi mano sobre el aurícular y mi mirada sobre la mano pero estimo que no es mucho tiempo. El silencio. Nunca había oído tanto silencio. Me echo sobre un costado y abro los ojos. Miro hacia adentro. Pienso en mis palabras y en el timbre de mi voz: "Estás haciendo lo correcto. Te entiendo perfectamente. No te sientas culpable. Eres un ser maravilloso." Pienso que soy una reina. Una bailarina de ballet. Me siento espigada. Limpia. Digna. Soy buena. Bondadosa. Soy Blancanieves. No te dije esas cosas de mentira. Las dije en serio. Ahora tengo frío y parece que me voy a enfermar. No tengo energías. Me toco la frente. Tengo fiebre. El cambio de clima es una mierda. Voy a tomar agua y una pastilla. Pienso en quedarme en cama esta tarde. Ya por la noche me iré a tomar unos tragos con mis amigos y recibiré el 2007 comiendo doce uvas bajo la mesa en minifalda y calzón amarillo. Pongo un pie en el suelo. Qué frío es. Antes era alfombra. Pero eso era antes. Me miro nuevamente al espejo. Tengo el pelo desordenado ahora. El tiempo ha empezado a pasar de alguna manera. Siento que algo ha cambiado. Escucho el ladrido del perro en la terraza del vecino. El cielo está gris. Ahora si puedo verlo. Cielo gris de año nuevo. Existió para mí. Tengo que hacer cierto esfuerzo para pararme de la cama. Lo logro y me tengo que coger la cabeza. Me he mareado. Vuelvo a sentarme. Me siento un poco mal. Creo que tengo náuseas. No hay nadie en casa. Lo único que quiero ahora es estar caliente, arroparme, prender la televisión, ver cualquier cosa. Tengo fiebre y náuseas. Me duele la cabeza. Un estornudo. Otro. Mi cuerpo de bailarina en ese momento se desploma. Siento mis dedos largos. Mis ojos abiertos, mis pestañas largas. Miro el reloj. Son las 4.20. El tiempo se ha extendido. Veo que cambia a 4.21 y siento una extrema sensación de alivio. Por lo menos el tiempo pasa. Mi fiebre hierve, me duele la garganta y me pregunto nuevamente cuando reventará todo. Me sorprende no llorar. Tengo que dormir. Tal vez mañana, me digo. Tal vez mañana te llore. Esto no puede ser tan fácil... ¿Cuándo vendrá el dolor?
Transformar problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria. U. t. c. intr. Tiene tendencia a somatizar. U. t. c. prnl. Los trastornos psíquicos tienden a somatizarse.
La primera vez que me di cuenta de que somatizaba fue en Diciembre del año pasado. Había estado profundamente enamorada de un chico. Cuando terminamos la relación, él no estaba a mi lado, había regresado a su país y me decía por teléfono de una manera amorosísima que no iba a volver. Yo estaba preparada para ese dato desde hacía algunas semanas así que contrariamente a lo que mi entorno creía, me lo tomé tranquilamente. Recuerdo mi voz grave en el teléfono, su voz, sus lágrimas, mi ausencia de lagrimas, la sensación de madurez, el amor incondicional. "Si es lo mejor para tí, tienes que hacerlo", le dije. Hablamos durante unos 45 minutos. Fue una conversación del tipo: "En fin, que te vaya bien. Ya nos veremos. Cuando todo sane. Te entiendo perfectamente. No te preocupes. Estás haciéndolo bien. Tranquilo. Te amo." No puedo negar que yo misma estaba sorprendida de mi reacción. Dos semanas antes, poniéndome en esa misma situación (sólo imaginándomela), me había puesto a llorar, se me había calentado la sangre y había terminado con náuseas. Dos semanas después, colgaba el teléfono después de decir "Te amo" y me quedaba con la mano encima de él, mirándolo. Me pregunté en ese momento: "¿Y el dolor?" Pensaba: "Esto es muy fácil... ¿Por qué no duele?" Sentía que algo faltaba. Que no estaba viviendo el momento realmente. ¿Dónde estaba el gran protagonista de esta historia? Recuerdo mi imagen ahí sentada, con la mano sobre el teléfono, la mirada sobre la mano, en pijama, era un domingo 31 de diciembre. Año nuevo. Ahora recuerdo que lo más agresivo que le dije fue algo así como: "Gracias por joderme el año que viene." Luego rectifiqué y pedí perdón. El no tenía la culpa. No había ningún sustento lógico en aquella ecuación que dice: "Me dejó mi novio - se me jodió el año."
Pero volvamos al momento. Yo sentada frente al teléfono en pijama, mi mano sobre el auricular, la mirada sobre la mano. El pensamiento: "Qué facil." Pensamiento que lejos de tranquilizarme o alegrarme, me inquietaba. El dolor, el de siempre, "ese", tiene que estar en algún lado. De pronto, en el instante, una ligera sensación de adormecimiento, como una ola atravesando mi cuerpo. Un instante de estado febril. Mi mano sobre el aurícular y mi mirada volteando hacia la ventana que está abierta. No hay ruidos en casa. Estoy sola. Es cierto, también eso. La vacuidad de la casa. El no hablaba mucho, pero ahora la casa estaba muda. Y yo ahí sintiendo un vahído por el cuerpo. Mi cabeza mirando a la ventana de la izquierda y pensando: "Qué silencio." Mi casa de piso de losetas frías. Y ahí tantas veces, miradas directas a los ojos. Me acerco a cerrar la ventana. El vahído me hizo sentir un poco de frío. Me acerco a la ventana y con esfuerzo la cierro. El silencio de mi casa es ahora tan espeso que lo siento alrededor de todo mi cuerpo como una vibración. Miro las rejas de la ventana. El cielo gris de la tarde. No hay sol. En mi tarde no hay sol aunque sea finales de diciembre. Me quedo ahí un rato. El tiempo se ha vuelto un instante. Es como si no pasara. Mi cuerpo está erguido, como suspendido. Mi espalda recta. Miro las rejas y detrás de ellas, el cielo gris de diciembre porque me da la gana. Porque en realidad no miraba el cielo, porque en realidad mi ventana da a un interior que es un muro color amarillo y sucio. Gris. Toqué el vidrio con las yemas de mis dedos. Me siento tan delicada en este momento. Mi cuerpo en este momento es el de una bailarina de ballet. Mis yemas son de cristal. Y mis ojos de vidrio. No he perdido la compostura. Pienso en lo fina que soy a veces. Doy la vuelta y camino lento y sin rumbo. No hay muchas posibilidades en esta casa que es pequeña, pero no tengo rumbo. Ahí pienso: "He perdido el deseo".
Todo a mi alrededor ha perdido su "justa medida". El tiempo, el silencio, el frío, todo tiene medidas ahora que no reconozco y yo misma me he convertido en una bailarina de ballet. Fina, erguida, con corona. El cutis blanquísimo, las sombras celestes. Voy a la habitación contigua y me siento frente al espejo. Me miro el pelo, el cutis, mi cuerpo delgado. Quisiera decir "Tu te lo pierdes", pero en ese momento lo único que puedo decir es: "Yo me lo pierdo".
El tiempo inexplicable. Me podría haber mirado eternamente al espejo. Mi cutis podría haber envejecido ante mis ojos. Podría haber sido testigo diario de la caída de mis senos. Decidí echarme. Todo es silencio. Oigo algún pájaro y creo que es la primera incursión del sonido después de mi propia voz diciendo "Te amo." La sensación de vahído está ahí. Yo, la bailarina de ballet, me echo en la cama y me tapo los pies. Tengo frío y pienso que cumplí 30 años hace nada y que mis planes para la próxima década acaban de cambiar. Pero respiro. Estaba ahí, echada, con mis pies en punta bajo la cubrecama, respirando y mirando el techo con mis pestañas largas. En ese momento me habría gustado tener 15 años y llamar por teléfono a mi amiga Daniela llorando y decirle que él me había dejado, que la necesitaba. Me habría gustado ir despechada a una bodega, comprar una botella de ron y llamar a mi amiga Gitzi para que trajera su I-Ching y que me leyera el Tarot para ver si ese imbécil iba a volver conmigo. Pero ahora todo parece ser más callado. Más tenue. Es un universo desconocido para mí. "¿Dónde está el dolor?", vuelvo a preguntarme. "¿A qué hora viene todo aquello?" Entro en el silencio de no saber qué decir. Me empiezo a adormecer. Cierro los ojos un segundo. Mi cuerpo se adormece como si el universo en forma de ola hubiera arrastrado fuera de mí toda la energía restante. Creo que estoy a punto de dormir. No se cuanto tiempo ha pasado desde mi mano sobre el aurícular y mi mirada sobre la mano pero estimo que no es mucho tiempo. El silencio. Nunca había oído tanto silencio. Me echo sobre un costado y abro los ojos. Miro hacia adentro. Pienso en mis palabras y en el timbre de mi voz: "Estás haciendo lo correcto. Te entiendo perfectamente. No te sientas culpable. Eres un ser maravilloso." Pienso que soy una reina. Una bailarina de ballet. Me siento espigada. Limpia. Digna. Soy buena. Bondadosa. Soy Blancanieves. No te dije esas cosas de mentira. Las dije en serio. Ahora tengo frío y parece que me voy a enfermar. No tengo energías. Me toco la frente. Tengo fiebre. El cambio de clima es una mierda. Voy a tomar agua y una pastilla. Pienso en quedarme en cama esta tarde. Ya por la noche me iré a tomar unos tragos con mis amigos y recibiré el 2007 comiendo doce uvas bajo la mesa en minifalda y calzón amarillo. Pongo un pie en el suelo. Qué frío es. Antes era alfombra. Pero eso era antes. Me miro nuevamente al espejo. Tengo el pelo desordenado ahora. El tiempo ha empezado a pasar de alguna manera. Siento que algo ha cambiado. Escucho el ladrido del perro en la terraza del vecino. El cielo está gris. Ahora si puedo verlo. Cielo gris de año nuevo. Existió para mí. Tengo que hacer cierto esfuerzo para pararme de la cama. Lo logro y me tengo que coger la cabeza. Me he mareado. Vuelvo a sentarme. Me siento un poco mal. Creo que tengo náuseas. No hay nadie en casa. Lo único que quiero ahora es estar caliente, arroparme, prender la televisión, ver cualquier cosa. Tengo fiebre y náuseas. Me duele la cabeza. Un estornudo. Otro. Mi cuerpo de bailarina en ese momento se desploma. Siento mis dedos largos. Mis ojos abiertos, mis pestañas largas. Miro el reloj. Son las 4.20. El tiempo se ha extendido. Veo que cambia a 4.21 y siento una extrema sensación de alivio. Por lo menos el tiempo pasa. Mi fiebre hierve, me duele la garganta y me pregunto nuevamente cuando reventará todo. Me sorprende no llorar. Tengo que dormir. Tal vez mañana, me digo. Tal vez mañana te llore. Esto no puede ser tan fácil... ¿Cuándo vendrá el dolor?
19 comentarios:
Esta bien paja, lindi. Me gusta éste en especial. Un besote y felicitaciones desde la blogósfera y en la vida real. Alicia (Bisso).
ya dolió.
sana sana colita de rana, si no sana hoy sanará mañana.
me toco lo q escribiste, soy mas de leer q escribir, pero me anima lo q sientes a escribirte, necesito leer para transportarme hacia adentro, gracias por llevarme hacia alli. estoy en un spacio en donde no encuentro eso, y encontrar uno de esta manera me complace.gracias.
cuando vendra el dolor?
si esa es tu pregunta, quizas una respuesta posible podria ser que el dolor vendra luego de perder a alguien que realmente amas. A mi me paso una vez que al terminar ua relacion, tenia el deseo de sentirme mal por eso; sin embargo ocurria todo lo contrario, era como si nada hubiera cambiado. Pero sentia dentro de mi una especie de remordimiento por el hecho de no sentirme mal. No tanto por terminar con la persona con quien salia, sino por el hecho de darme cuenta de que yo no habia querido a esta persona tanto como yo creia haberla querido. Y el hecho de no manifestar ese "pesar" que no sentia, me impulsaba a simular algo que de manera natural no expresaba. Sin embargo en ese momento era algo que yo no queria aceptar de manera conciente o por lo menos algo que no queria creer.
take care
Tal vez la somatizacion tambien se de de manera inversa , y si es asi , baila y contorsionate! Haz feliz a tu cuerpo. Asi haraz feliz a tu alma triste.
Prueba!
Besos!! Me encanta lo que escribes. ::)
Leo.
El dolor aparece al dia siguiente cuando te levantas y sabes que esa persona ya no esta ahi para ti, cuando das vueltas en la cama queriendo pensar que fue solo una pesadilla, cuando pasa toda la molestura y empiezas a analizar la situacion y te cuestionas si fuiste tú quien tuvo la culpa y si fue tonto no tratar de arreglar las cosas. El dolor aparece cuando al final de un dia de locos no puedes correr a llamarlo por teléfono o buscarlo para solo abrazarlo y recuperar la paz que necesitas. De hecho que si lo quisiste el dolor llega en algun momento, la pregunta es cuando y cómo hacer que desaparezca...?
Que paja lo que escribes Jime, me cague de risa con calla y lo de la mueca de hecho me ha pasado jaja!! besos!!
Chich
Cada vez confío más en el tiempo. El dolor se va con el tiempo. Se va.
Prometí hacer un comentario, y no me gusta incumplir una promesa. Pero amiga querida, no sé cuánto pueda decir. Porque cuesta cerrar el hueco en la boca del estómago después de leer. Y es que en todos estos años de verte solo de manera intermitente, algo ha sobrevivido a las ausencias. Todavía te entiendo, así, de estómago. Y es que estoy segura, aunque patético, que adultas, treintonas y viejas de mierda, cuando nos vamos a dormir, todavía sentimos cuando cerramos los ojos, que los 16, el i ching, el ron con coca cola y los shorts de dicoteca son lo más cercano a una realidad en la que no somos extranjeras. Y por eso, aunque la llamada solo se piense, sigo aquí, al otro lado del teléfono. Te quiero tanto tanto.
Londres Agosto del 2005,
A puntas de empezar mi maestría y a reencontrarme después de un año con él que pensé iba a ser el amor de mi vida - al que conocí en el 2000 y me dio tantas esperanzas y cariño hasta el día previo a mi llegada.
Tres días después de mi llegada: existe una mujer que irónicamente esta en Perú y que ha estado viajando con él por unos 5 meses y yo ni enterada. El dolor se hace visible pero en los subsiguientes meses algo peor: no deseo, no sensaciones, no tacto. Volar a Roma por unos días después de decidir retirarme de la maestría con tanto esfuerzo mi padre y madre me iban a ayudar a terminar para retornar a Lima, Roma es tan viva pero yo estoy muerta; siento que no hay sentido, el pánico y las imágenes borrosas son lo único vivo.
Octubre 2007.
Newcastle por una nueva pareja sin planes académicos, estoy tranquila aunque aun no encuentro en mí esa persona "audaz" y valiente previos al Agosto del 2005; ya no pienso en aquel chico ni con una pizca de posibilidad, eso lo tengo más que claro; pero el miedo, tan desconocido para mi hace un par de años; se ha vuelto algo con lo que tengo que luchar cada día y lo hago con mucho optimismo y sé que poco a poco el deseo y el sentido vuelven. Desde este mundo entiendo tus emociones.
SSR
Londres Agosto del 2005,
Reencontrándome después de un año con él que pensé iba a ser el amor de mi vida y a puntas de empezar mi maestría.
Tres días después de mi llegada: existe una mujer que irónicamente esta en Perú y que ha estado viajando con él por unos 5 meses y yo ni enterada. El dolor se hace visible pero en los subsiguientes meses algo peor: no deseo, no sensaciones, no tacto. Volar a Roma por unos días después de decidir retirarme de la maestría con tanto esfuerzo mi padre y madre me iban a ayudar a terminar para retornar a Lima, Roma es tan viva pero yo estoy muerta; siento que no hay sentido, el pánico y las imágenes borrosas son lo único vivo.
Octubre 2007.
Newcastle por una nueva pareja sin planes académicos, estoy tranquila aunque aun no encuentro en mí esa persona "audaz" y valiente previos al Agosto del 2005; ya no pienso en aquel chico ni con una pizca de posibilidad, eso lo tengo más que claro; pero el miedo, tan desconocido para mi hace un par de años; se ha vuelto algo con lo que tengo que luchar cada día. Desde este mundo entiendo tus emociones.
account.support.m@hotmail.com
Creo que a veces soy demasiado cobarde para esperar que el tiempo haga lo suyo...
te entiendo en cada cosa que escribes y siento que muchas se parecen a lo que he vivido...es raro pero muy chevere...sigue escribiendo Jime!!
Si el aleteo de una mariposa en Perú puede sucitar un tsunami al otro lado del mundo imagino lo que sucita en nuestro cuerpo algo que acontece cerca a nosotros (al lado). No creo que debamos esperar ser los mismos antes. Las transformaciones se dan, suceden, el amor nos transforma, la gente y la vida nos enseña cosas. Estoy segura que la vivacidad y alegría propias también se transforman. Tal vez no debamos buscar la "misma fórmula". Está ahí sólo que distinta. Gracias por tus palabras scary. Un abrazo desde Lima.
gracias nata, sos lo máximo!
a mis cortos 22 años y mi falta de lexico lo unico coherente y reconfortante que podria decir es que yo creo en la sensibilidad del ser humano , aquella que anda caleta o a veces camuflada a proposito , creo a que veces inconsciente termino hablando de eso por que me parece fascinante la cantidad de derivaciones que peude tener el tema asi como mi obsesion por lo complejo de la mente humana y los comportamientos que esta genera no pretendo decir nada reconfortante mas que lo que se me ocurre que se muy bien que no es ni reconfortante ni digno de lectura pero ahi escribo sin sentido sin inicio ni fin
nah no se que poner
salud!
lo bueno es ser consciente, saberlo, asi uno se relaja, trata, (ve pelas como what the bleep do we know?) en fin por el quote arriba sobre quantum p. se percibe q sabes como cuidarte, que bueno!
tres besos desde holanda, yani
Yo somatizo
Gracias a vos me di cuenta
Hola Jimi! Realmente me pego lo que escribiste ya que pase por algo similar el año pasado cuando se me fue lo que mas queria por 7 meses; es lo peor que me pudo pasar, no sabes todo lo que senti y como cambie en ese tiempo. Fuiste muy valiente al hacer lo que hiciste, es admirable. Espero que ahora estes mejorcita.
Lindo Blog :) Besitos!!! y cuidate mucho.
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