martes, 20 de octubre de 2009

Randy Pausch / La última lección

Este video es hermoso. Lean el post de abajo, comenten, chequeen este video si les apetece. Todo de una. Gracias. Mua.


domingo, 18 de octubre de 2009

Los sueños, sueños son...


Hace un tiempo uno de mis maestros de teatro me contó que una de sus frases favoritas pertenecía a uno de sus maestros de teatro favoritos y decía algo así: "Uno es la caricatura de sus aspiraciones. Si no es así, entonces tus aspiraciones fueron muy bajas." O algo así. La frase me encantó también. Nos quedamos pensando y yo dije algo como que el ser humano me maravillaba por su poder de adaptación a nuevas situaciones, a "sus" nuevas situaciones. Uno va creciendo y va dejando de lado ciertos sueños o aspiraciones que a lo mejor ya no se van a poder realizar. Y así va avanzando. Un poco cruel. Pero me parece que así es. Luego puede venir Paulo Coehlo y decirte que todo es posible y sí, claro, todo es posible, pero uno tiene que seguir avanzando.

Ayer hablaba con una de mis mejores amigas sobre los riesgos que conlleva el tener una edad en la que estás en constante examen de tus logros. Yo le decía que a veces pensaba que mis amigas ya estaban grandes y que por lo tanto ya el momento de "riesgo" había pasado. Ella me decía que era al revés. Que el momento de "riesgo" era ahora porque el futuro se había hecho menos extenso. Porque el pasado se volvía nostálgico y porque las grietas ahora eran más profundas y más reales. Me decía, es ahora cuando la alerta tiene que estar encendida, cuando una copa de más es sinónimo de depresión, cuando un comentario sobre la comida se puede convertir en un desorden alimenticio. Las tristezas son más reales ahora. Ahora todo es más concluyente. Y eso, asusta. Y reímos por esa broma adolescente de "pasó de ser una futura promesa a una triste realidad..."

Yo le daba ejemplos de personas que me parecían motivadas. Personas, ya grandes, que yo veía que no dejaban de luchar por sus sueños de adolescencia. Y ella, muy filósofa y muy tajante me decía: "Sí, pero date cuenta de que todas esas personas tienen algo en el exterior que las delata. De alguna u otra manera, no están bien." Y era curioso porque cuando lo pensaba, algo de cierto y aterrador había en todo ello.

A los doce años una psicóloga me preguntó que cuál era mi sueño. Yo le dije con el mayor desparpajo y sinceridad: "Ser como Marilyn Monroe." Ella se rió y me preguntó porqué, a lo cual yo le respondí: "Para que todos los hombres me deseen." No puedo imaginar que es lo que hubiera pasado si es que ese sueño no hubiera mutado. Tal vez ahora estaría por cuarta vez re encauchada, grande, operadísima intentando alcanzar ese sueño de pequeña que no se dio. O tal vez lo hubiera alcanzado y ahora estaría muerta. Como Marilyn.

Gracias a dios los sueños mutan. Hay una cuota de la increíble capacidad del ser humano para acomodarse a sus nuevas situaciones y otra cuota de madurez indiscutible. De todas formas, todos esos sueños albergados en algún momento de nuestras vidas han tenido un lugar en nuestro corazón y por tanto merecen su lugar. Su mirada. Decía mi amiga que todos los sueños no alcanzados, eran como "pequeños abortos". Pero creo que no. Son así si no son elaborados. Todos los sueños, de niña, adolescente, grande, merecen su elaboración. Un mirarlos, pensarlos, llorarlos quizá y dejarlos ir. Siempre dejarlos ir. Vacear el recipiente para que pueda ser llenado con algo diferente y luego ser vaceado nuevamente. Uno no tiene ni la menor idea de en qué va a terminar. No lo sabe, ni se lo imagina. Cree tener control pero no lo tiene. Podemos tener una dirección pero la brújula siempre se puede ir para un lado completamente distinto. No estamos preparados para esto que llamamos vida. Por eso mejor, estar suaves, medio llenos, medio vacíos. Con aspiraciones pero sin aferrarse. Todo puede cambiar. Todo puede irse para un lugar completamente distinto. Quien sabe si mejor.

sábado, 17 de octubre de 2009

Ken Robinson en TED

Me encantó. Muy interesante y entretenido. Chequeenlo!


lunes, 5 de octubre de 2009

Las flores de Alicia...



Me gusta comprar flores. Me gusta caminar por la calle con un ramo de flores en los brazos. Cuando lo hago me siento alegre, iluminada, colorida. Así también, cuando veo a una mujer con un ramo de flores en los brazos la imagino contenta, delicada, gustando de su propia vida.


Talvez sea sólo una ilusión.


Cuando era niña, estaba "destinada" a ser una bailarina de ballet. Así me lo había planteado yo. No así mi padre que quería que yo llegara a ser cinturón negro en Tae-kwon-do y estudiara en la UNI ingeniería civil para convertirme así en una ingeniera de armas tomar. Yo en cambio, con mi "delincuencial personalidad”, soñaba más con un universo de tutús de algodón blanco, lagos de cisnes, moños, coronas y flores.


Dada mi afición a los tules mi madre me llevaba continuamente al Ballet. Así cuando era pequeña, tuve la oportunidad de ver a Alicia Alonso en una presentación, me parece que en el Teatro Municipal. Puedo equivocarme. Decían que Alicia era ciega y que se orientaba por la luz de los reflectores. También decían que los bailarines que tenía a su lado jamás la dejaban sola fungiendo así de lazarillos. Yo simplemente alucinaba porque estaba viendo a Alicia Alonso que para mi, junto a Barishnikov eran de niña, el non plus ultra de cualquier ambición dancística. Al final de la obra todos aplaudimos y un hombre a mi lado gritó desgarrado: "¡¡Grande Alicia!!" Y yo pensé, que tal vez algún día alguien gritaría mi nombre así. Tal vez... Algún día... Tal vez, pensé.
Gente muy importante subió al escenario y le entregaron flores. No se que edad habría tenido la Alonso en esa época pero desde mi punto de vista, desde mi ilusión, era una jovenzuela espigada, recibiendo unas hermosas flores frescas que la hacían ver aun más elegante y adorada.


Hace un par de años estuve en una reunión con gente de una importante compañía de ballet de Lima. Habían muchos bailarines y entre todos, una prima ballerina y un primer bailarín. Yo, me había tomado unas copillas de más y no dejaba de reír y de tomarme fotos con los "primos ballerines" porque: "¡¡¡No jodan! ¿Cuándo voy a tener otra oportunidad de tomarme unas copas con los primos ballerines!!!" Y nos moríamos de la risa y tomábamos fotos con el celular.
No se en que momento de la desordenada conversación se me ocurrió hablarles de mi infantil y adolescente amor por el ballet, de Alicia Alonso y de mi deformado punto de vista al verla tan jovenzuela recibiendo un hermoso ramo de flores cuando la Alonso en la época en que la vi tenía más de 60 años. En ese momento una de las chicas preguntó con ironía si es que alguien creía que Alicia Alonso también habría tenido que devolver las flores que le regalaron. Yo la miré sin entender y me explicó que a ellas, a las bailarinas, a la prima ballerina, al final de la función les entregaban flores sí, pero que eran flores de plastico que ellas debían de devolver después de la función. ¿Habría tenido Alicia Alonso que devolver sus flores después de la función?


Recordé mi visión de Alicia rodeada por su propio ramo, iluminada por los colores de la naturaleza. Pensé en cuantas veces había ido al ballet y había visto a las bailarinas recibiendo sus ramos, hermosas, sin saber yo que eran de plástico y que luego les serían arrebatados. Pensé en mi y en cuantas veces había recibido flores después en un estreno. Pensé en las historias que me creaba en la cabeza cuando veía a una mujer con un ramo de flores caminando por la calle. Pensé que talvez todo era una ilusión. La juventud de Alicia, sus flores, su figura espigada, la alegría de la gente con flores en los brazos, su delicadeza, mi percepción del maravilloso universo que rodea a las mujeres que compran o reciben flores… Puedo equivocarme. Quien sabe.

domingo, 4 de octubre de 2009

¡¡¡NO SE LA PIERDAN!!!!


"DON JUAN REGRESA DE LA GUERRA", DIR. JORGE GUERRA
CENTRO CULTURAL DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA. DE JUEVES A LUNES A LAS 8 PM.